martes, septiembre 13, 2011

Pecados capitales (VI). Avaricia.



Avaricia.
       (Del lat. avaritia).
1. f. Afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas.



Lo confieso:

Te robo desde hace semanas.
Cada noche. Mientras yaces a mi lado.

Desde mi silencio delincuente
escucho cómo vas quedándote dormida.
El suave crujir de tus pulmones,
cediendo,
aflojándose hasta casi desaparecer.
Entonces,
desde la penumbra,
te observo.

Miro tus párpados inmóviles
y me invade el deseo de apoderarme de todo lo que no me dejan ver.
Deseo abrirlos y robarte cada imagen,
cada sueño que no me pertenece
y que escondes para ti misma
en el fondo abisal de tus iris.
De pronto,
algo los cruza.
Una oscilación,
un temblor inaprensible
que sólo acrecienta mi codicia
y desordena mi pulso.

Contemplo tu boca.
Entreabierta.
Hermosamente inconsciente de su textura.
Deslizo mis dedos y la abro un poco más.
Quiero robarte el aliento.
Quiero asaltar tu lengua.
Quiero expoliar las arcas de tu dicción.
Quiero apoderarme de los besos que guardas
para no seguir volviéndome loco.
Me asomo al abismo que se esconde entre tus dientes,
y alli estoy.
Agazapado,
expectante.
Un invasor
con el alma obscenamente erecta.

Despacio, me pongo los guantes blancos del silencio
y saqueo tu piel.
Paseo por las galerías de tus recovecos.
Por el cubismo de tus caderas angulosas.
Por la tersura renacentista de tu ombligo.
Por la turgencia naif de tus nalgas.

Y, cleptómano,
me desato.

Te agitas un poco.
Fascinado, paro y te observo.
Te inflamas,
hasta que todo se calma lentamente,
mientras yo me escurro
en el botín efímero de tenerte un instante dimitida de ti misma.

Lo confieso.
Sí.
Cada noche te asalto.
Culpable, Señoría.
Y cada noche me entrego.
Así que hoy,
otra vez finalizado mi crimen,
me giro
y, contigo aún dormida,
prendo los grilletes pálidos de tus manos en mis muñecas.

Sólo entonces este infractor,
maldita,
duerme. 

2 comentarios:

Pablo Roncal dijo...

Hola, acabo de descubrir tu blog y tu precioso relato ... me parece fascinante, hermoso, original y tiene mucho amor ... me encanta y lo voy a difundir en twitter ....
... saludos de un archer ... que lanza su prosa poética en el blog Flechas sin rumbo ...

HoscuraH dijo...

Las paredes de la habitación te saludan y la dueña se sonroja ante tanto halago.
Gracias Archer.
Siéntete como en casa.