viernes, agosto 03, 2007
Certeza segunda: luminosa y hoscurah
Luces infalibles
Una carretera sin fin, un coche, un cielo raso y azul.
Una mirada que te sonroja placenteramente.
Una mirada que se sonroja placenteramente con tuya.
El tacto del musgo bajo los dedos.
Los movimientos lentos de dos bajo las sábanas.
El olor del Sol.
El sonido de una azotea llena de ropa limpia alzada al viento.
Esconderse en esa selva de algodón con los ojos entrecerrados y oler.
Oler siempre…
Gritar brutalmente desde un tejado.
Un secreto depositado en el oído.
Reír alto en un ascensor atestado de seriedades.
Las mariposas en el estómago aún pasados los treinta. Agarrar todo aquello que te haga sentirlas aún.
El Arte de la Fuga de J.S. Bach
en la madrugada de un día cualquiera mientras la noche reina majestuosa
Alzar una mariquita hasta la punta de tu dedo índice. Verla volar.
El segundo que precede a la bajada primera de una montaña rusa.
El segundo que precede a un orgasmo.
Un orgasmo.
Las servilletas de los bares: jamás se ha inventado un soporte mejor para crear y decir.
Bañarse desnuda/o en el océano.
Pasear sin rumbo por avenidas desconocidas.
Saber decir “no”.
Una cerveza helada atravesando la garganta una tarde de Agosto.
La primera página de uno de todos esos libros que nos quedan por leer.
Las viejas cassettes que todos tenemos de nuestra adolescencia.
Un gato.
Una flor inesperada y sencilla.
De oscuridades Hoscurahs
De repente algo se cruza
Algo cambia
Y el aire ya no es dulce
Y nadie nos pertenece
Y esa suave mano que se apoyaba al otro lado del espejo se desvanece bajo las silenciosas y malignas estrellas.
... (1 agosto 2000)
Fueron días breves como nubes
Intensos
Donde los gestos y las palabras se arrebolaban en multitudes suaves
Una lluvia interminable de horas a medias donde saltamos adolescentes sobre el trapecio del Pánico.
Pero el cielo muta
La carpa se recoge
Y hoy, desde mi tejado, miro el giro lento de la veleta y pienso que, quizás, nunca estuviste
... (1 agosto 2004)
Notar lo narcótico
Percibir el adormecimiento del pensar
La exaltación mullida de los sentidos
Ser consciente de la piel
De la vaciedad
Del propio pulso
De lo estéril
Del rosado atravesando la garganta
Frío y convincente
Mi mano pálida agarra la copa
Tu mano ausente y desconocida brinda conmigo
Suena Placebo
Suena Mahler
Sueno yo
Te digo
Te nombro sin saber cómo hacerlo
Te atravieso
Olisqueo tu escondrijo de ser mutante
Estás tan cansado como yo
Huyes de mi mirada
Y ni siquiera la conoces
De qué color tengo los ojos?
Qué palabra encarcela los tuyos?
Alzo mis manos y leo el Braille de las paredes
Del viento
Del pánico
El pánico tiene piel cóncava
Y todas las sonrisas convexas caen en ella hasta ser fagocitadas por una lengua de lija
El miedo
El pánico
Desandarlos sobria
O ebria
Pero desandarlos
Y entonces meter mis manos en ti
Y tocar tu corazón aterido con mis manos de escarcha
(1 agosto 2007)
Suena Placebo. Luces con Slave to the Wage y Hoscuridades con Centerfolds
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2 comentarios:
Inventario de felicidades ciertas.
Tan ciertas que resultan irreales.
Tan irreales como una fuga jamás concluida.
a mi me gustó la foto porteña que te sacaste... ;)
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