martes, noviembre 09, 2010

Pecados Capitales (I). Ira


Ira.
       (Del lat. ira).
1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.
2. f. Apetito o deseo de venganza.

Cerdo.
A veces fantaseo con tu muerte.
Aún duermes y estoy preparando el desayuno.
En la contención de mis gestos, en el lento devenir de tazas, supongo un universo donde no respires, no comas, no duermas, no mees, no defeques, no nada.
En ese espacio paralelo limpio pulcramente cada marca.
Higienizo mi crimen.
Desinfecto mi conciencia.
Hago las llamadas de rigor.
Ordeno tus cosas y dispongo todo lo necesario.

Todos van llegando.
Entran en el tanatorio y velan el ataúd donde tu palidez cierra los ojos ante un auditorio contenido y casi fantasmal.
Estrecho una mano blanda a manos reptilescas.
Un amigo de la infancia te mira desconcertado.
Tu exmujer se enclava en un rincón discreto y cruzamos una mirada fugaz.
Tu padre camina compulsivamente.
Tu madre cabecea con los ojos enrojecidos mientras tu hermana mayor la abraza.
Yo, en una esquina, guardo todos nuestros secretos mientras tenso suavemente el tejido negro de mis pantalones.
Sonrío.
Te miro y me invade una súbita necesidad de hacerte arder.
Eres el único testigo de todos mis fracasos.
Divago.
Ante la mirada atónita de todos me encaramo en la caja y beso tu boca helada arrastrándote el labio inferior entre mis dientes.
Lo tenso hasta que se parte.
No sangras.
La carne se abre indiferente y limpia mientras te saboreo.

Te introducen en el coche fúnebre y los presentes iniciamos la comitiva de coches.
Conduzco despacio.
Intuyo tus pies helados frente al volante y una sensación de ser yo el cadáver se instala momentáneamente en el habitáculo.
Un ataúd siguiendo a otro.

Los operarios abren la fosa.
El olor dulce de los cipreses.
El aire limpio.
Las conversaciones en voz baja surcadas por los sollozos de algunos.
Sellan tu lápida y todos iniciamos el camino de vuelta.
Una suerte de libertad cubre todos mis movimientos.
Conduzco hasta casa y desayuno con toda la calma del mundo una venganza recalentada que ni mastico.
¿Tostadas, cariño?

Ilustración: empiezo mi contacto con el Photoshop

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